Tú me dices que tu carta es variada. Que así todo el mundo encuentra algo. Y yo me río, pero flojito, por no hacerte enfadar.
Porque tu carta no es variada: es un trastero.
Ahí dentro hay un mezclote la mar de raro, platos que estaban de moda hace 2 temporadas, opciones que ya no se piden más que 3 veces a la semana, y clásicos que no vendes porque te molen, sino porque no hay cojones a quitarlos.
Pan bao con pulled pork. Mini hamburguesitas. Tartar de atún. Nachos con queso (aunque ahora te hagas el moderno llamándolos Ignacios). Gilda. Croquetas. Tostada de jamón con tomate. Churros.
¿Lo vendes? No.
¿Lo mantienes? Sí.
¿Por si acaso? Exacto.
Tu carta es el Ikea de los porsiacasos:
— Por si viene alguien con antojo de eso.
— Por si no les gusta lo demás.
— Por si se quejan si lo quito.
— Por si un día pilla vuelo.
Pues chico, quítalo.
Si algún día necesitas volver a ponerlo, lo pones. Que las cartas no se graban a fuego.
Una carta llena de porsiacasos es como un camarero con el almacén hecho un desastre. No encuentra nada, no brilla nada y estorba todo.
Quitar platos no es cerrar puertas, es abrir foco.
✂ Si tu concepto es potente, no necesitas tener de todo. Necesitas tener lo tuyo.
Una carta coherente y valiente eleva la experiencia, potencia tu personalidad, baja mermas, simplifica cocina y mejora el ticket medio.
Una carta cobarde te llena el congelador y la cabeza. Yo es que las veo, y no hay por dónde cogerlas. Siri te diría en Maps “vuelva al inicio de la ruta”.
No hace falta que lo tires todo hoy, pero ya va tocando bajar al trastero, ¿no?
💥 ¿Quieres una carta que no sea un índice de un libro, sino que VENDA?
Esta semana en la parte premium te llevas:
✅ Una checklist descargable para revisar tu carta plato por plato, sin preguntas filosóficas, totalmente prácticas. Lo tienes o no. ¿No? Cámbialo.
✅ 4 errores que revientan tu carta y que puedes cambiar en lo que se fríe un huevo
✅ Y tips de pricing que funcionan (sin que parezca que estamos de rebajas)
🧠 Teoría, sí. Pero también herramienta
🎯 Suscríbete y empieza a usar tu carta como lo que es: una máquina de facturar.